Disertación filosófica: problema de la deshumanización.
En la actualidad, se utiliza con frecuencia el argumento a favor de lo que llamamos “transhumanismo”, ya que se espera que, a través de esta teoría o práctica, se produzca una revolución del mundo y del ser humano en sí mismo. Sin embargo, ¿conocemos realmente los peligros que esto implicaría si se llevase a la práctica, tal y como afirmaría Marx, si se transformase mediante la Praxis?
Ciertamente esto, parece que el
ser humano no lo tiene en consideración, pues tenemos una visión a largo plazo
de este tipo de teorías, y tendemos a idealizarlas. Sin embargo, entraña un
gran peligro, desde mi punto de vista, y es que, si esta teoría defiende que
las tecnologías han de utilizarse para crear una especie distinta a la que
somos ahora, convirtiéndonos en “híbridos”, ¿qué pasaría con la especie humana
“natural”? ¿Dejaríamos de ser humanos, exterminaríamos a la especie humana?
Esto es lo que denominamos el problema de la deshumanización, que será mi
objeto de disertación.
En primer lugar, hemos de entrar
en contexto. ¿Qué es el transhumanismo? Es una teoría filosófica surgida a
finales del S.XX y principios del S.XXI, que pretende crear una nueva raza
distinta al Homo Sapiens, que sea capaz de realizar hazañas que hasta ahora se
consideran imposibles. Implica la utilización (complementaria en la mayoría de los
casos) de dos tipos de tecnologías: la cibernética y la biotecnología. A través
de su aplicación el ser humano (hablando hipotéticamente) podría llegar a
mejorar ciertas cualidades características de nuestra especie como por ejemplo
la inteligencia o la felicidad. Si bien es sabido que el ser humano se reconoce
a sí mismo como un ser racional, superior al resto de especies animales, puesto
que está dotado de una capacidad intelectual superior, el transhumanismo
pretende amplificar esta inteligencia. ¿Y esto es negativo? Realmente no lo es,
de hecho, sería un gran avance para la humanidad y nos permitiría ampliar
nuestro rango de conocimiento. Sin embargo, el objetivo principal de esta
teoría es llegar a la inmortalidad modificando nuestro código genético, es
decir, que los seres humanos dejaran de ser mortales. He aquí el quid de la
cuestión: llegados a este punto, ¿estaríamos dispuestos a dar el gran paso y
elegir no morirnos? El ser humano es mortal, la mortalidad es característica de
nuestra especie (de hecho, de todas las especies), y al eliminar este rasgo
fundamental es obvio que estaríamos cruzando una delgada línea, que, aunque
pequeña, es muy significativa. Los defensores de esta teoría afirman que esto
no implicaría ningún problema, sino todo lo contrario, ya que, al no tener un
tiempo limitado, gozaríamos de infinidad de posibilidades. Ellos mismos se
contradicen, ¡qué posibilidades!¡Pero si al tener todo el tiempo del mundo no
tendríamos ningún objetivo o meta de vida! Lo distintivo del ser humano, es
que, a diferencia de otras especies animales, tenemos cierto conocimiento de la
muerte, sabemos que nos va a llegar nuestro momento en algún punto de nuestra
vida y por ello tratamos de organizarla de tal modo y nos esforzamos para
conseguir ciertos objetivos de cara a realizarnos como personas en vida, y en
muchos casos nos preocupamos del legado que dejamos. Si fuéramos inmortales, ni
siquiera nos preocuparíamos por continuar con la especie, ni querríamos
alcanzar una serie de objetivos, simplemente no podríamos decir que viviríamos,
sólo estaríamos. Al dar este paso, y en el supuesto caso de que quisiésemos dejar
de ser humanos, perderíamos el conocimiento de lo que somos para ser algo que
ignoramos.
Por otro lado, debemos
preguntarnos (en referencia a Francis Fukuyama, y su teoría del final de la
historia) si el transhumanismo es producto de la evolución humana, es decir, si
la capacidad de modificar la evolución es parte de la evolución. Si es así,
temo que el transhumanismo sea inevitable a medio plazo. Parecería que todo lo
que el ser humano es capaz de hacer (incluido dejar de ser humano), tarde o
temprano será realidad. Es decir, que tecnológicamente este cambio sea posible
es indiscutible, debido a que la ciencia avanza a velocidades vertiginosas. Sin
embargo, ¿que esto pueda realizarse por medio de la tecnología quiere decir que
necesariamente debamos hacerlo, es decir, que esté bien? Desde mi punto de
vista no deberíamos lanzarnos a la piscina sin tener en cuenta realmente lo que
esto supondría.
En resumen, volviendo a citar a
Marx, la parte teórica del transhumanismo puede parecernos muy positiva e
incluso esperanzadora, (¿mejorar mis capacidades? Estupendo, ¿no?), pero la
realidad es que si esta teoría se llevase a la práctica no sufriríamos pequeñas
modificaciones que mejoraran nuestra vida, sino que se podría decir que de
algún modo acabaría con ella al sufrir una transformación que la haría
irreconocible. Por ello, al analizar una teoría siempre hay que sopesar sus
perjuicios, y en este caso sería el fin de la especie humana tal y como la
conocemos. Hay que tener en cuenta que las utopías últimamente se han venido
transformando en distopías, por lo que debemos tener mucho cuidado con las
decisiones que tomamos y cómo pueden condicionar nuestro futuro como seres
humanos; máxime cuando lo que se propone para ese futuro es dejar de ser
humanos.
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